Se trataba de un cedito totalmente acostumbrado a las personas, sin miedo, se dejaba coger, se ponía pancha arriba para que le rascásemos la barriga... Probablemente fue otro fruto de las "mascomodas" y pocos saben realmente que lo que se vende como cerdito enano, no quiere decir que no crezca, siguen siendo animales muy grandes que comen mucho, muy fuertes y aunque extremadamente inteligentes, no son perros o gatos.
Aunque ya comía solito, todavía mamaba y en la protectora nos turnábamos para darle algunos biberones. A las pocas semanas fue adoptado y cuál ha sido nuestra sorpresa al recibir la visita de su dueño. ¡El revoltoso Kiwi se había escapado! Sin esperanza de encontrarlo por miedo a lo que le hubiera pasado o lo que le hubiesen podido hacer, su dueño decidió venir a la protectora. ¡Ahí estaba el señor escapista!
Ahora se llama Torino y es un cerdito muy especial, muy querido por todos y muy mimado.
¡Mirad cómo ha crecido!