Actualmente el albergue se está viendo abordado de una cantidad de abandonos alarmante, especialmente de la de perros de avanzada edad.
Hacemos hincapié en dos casos concretos por su extrema crueldad.
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Sasha (rebautizada por los voluntarios),
llegó al albergue esta semana traída
por alguien que la encontró en la
carretera de enfrente al albergue.
No es la primera vez que nos llega el
caso de un perro abandonado en la
carretera de delante. ¿Es necesario
ser tan cruel? ¿Es necesario además de
abandonar a un amigo, condenarlo por
anciano dejándolo en la carretera?
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