Anoche nos enteramos de una mala noticia; nuestro querido Ray, falleció, uno de nuestros grandes casos especiales, uno de los gran mimados por todos que pasó un año esperando su oportunidad.
Ray era un cocker que dejaron en la protectora con unos 9 o 10 años, un regordete encantador, feliz, que nunca dejó que una jaula pudiera con él. Aunque corría como el que más, se movía de una forma extraña y tenía un bulto en una encía.
Fue el primer caso en el que Alicante Adopta se involucró. Descubrimos que la aparente torpeza de Ray se debía a viejas fracturas en las dos patas y el bulto de la encía, a un crecimiento excesivo de la mandíbula por también una fractura en la misma. Todo apuntaba a que nuestro simpático abuelete había sufrido un atropello en algún momento de su vida. De paso se le extirpó una verruguita de un ojo con la esperanza de que no fuera cáncer... y la suerte estuvo de nuestro lado.
El veterinario nos dijo que la mandíbula debía de dolerle horrores hasta entonces, pero la verdad es que Ray no sólo engordó desde el primer momento en el albergue, sino que aprendió que a veces en el almacén guardábamos pan y aprovechaba cuando salía a pasear para coger una barrita y volver tan contento a la zona de paseo. También cogía hojas o palos simplemente para ir a correr, le encantaba.
Se ganó el cariño y el corazón de todos en la protectora, el abuelete eternamente joven con esa fuerza y ganas de vivir que tanto le caracterizaban.
Hasta que un día, gracias a la difusión y el comienzo de la colaboración con personas que aún hoy siguen ayudando a los perretes que menos posibilidades tienen de una adopción por su salud o avanzada edad... llegó una familia para él, una pareja de jubilados enamorados de Ray a quienes sólo les importó que este perrito pasara sus últimos días al calor de un hogar.
Así ha sido durante justo un año y medio. Ayer nos enteramos de su fallecimiento y muchos somos los que hemos llorado por él, así que qué menos que dedicarle un pequeño espacio en nuestro blog para poder verlo de vez en cuando.
Ya te echamos de menos, Ray.
Fue el primer caso en el que Alicante Adopta se involucró. Descubrimos que la aparente torpeza de Ray se debía a viejas fracturas en las dos patas y el bulto de la encía, a un crecimiento excesivo de la mandíbula por también una fractura en la misma. Todo apuntaba a que nuestro simpático abuelete había sufrido un atropello en algún momento de su vida. De paso se le extirpó una verruguita de un ojo con la esperanza de que no fuera cáncer... y la suerte estuvo de nuestro lado.
El veterinario nos dijo que la mandíbula debía de dolerle horrores hasta entonces, pero la verdad es que Ray no sólo engordó desde el primer momento en el albergue, sino que aprendió que a veces en el almacén guardábamos pan y aprovechaba cuando salía a pasear para coger una barrita y volver tan contento a la zona de paseo. También cogía hojas o palos simplemente para ir a correr, le encantaba.
Se ganó el cariño y el corazón de todos en la protectora, el abuelete eternamente joven con esa fuerza y ganas de vivir que tanto le caracterizaban.
Hasta que un día, gracias a la difusión y el comienzo de la colaboración con personas que aún hoy siguen ayudando a los perretes que menos posibilidades tienen de una adopción por su salud o avanzada edad... llegó una familia para él, una pareja de jubilados enamorados de Ray a quienes sólo les importó que este perrito pasara sus últimos días al calor de un hogar.
Así ha sido durante justo un año y medio. Ayer nos enteramos de su fallecimiento y muchos somos los que hemos llorado por él, así que qué menos que dedicarle un pequeño espacio en nuestro blog para poder verlo de vez en cuando.
Ya te echamos de menos, Ray.
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