A veces nuestra vida diaria nos hace tomar decisiones de las que luego nos arrepentimos.
Todos estamos pasando nuestra propia crisis personal y ello también lo pagan nuestros compañeros.
A veces podemos sentir que no tenemos tiempo para atenderlos bien y eso lleva a que haya familias que decidan dejarlos en la protectora.
A veces podemos sentir que no tenemos tiempo para atenderlos bien y eso lleva a que haya familias que decidan dejarlos en la protectora.
Sin embargo, rectificar es de sabios y también son muchos los que vuelven a por ellos tras darse cuenta de que no pueden vivir sin sus peludetes.
Hay familias que no pueden dormir por la noche y al día siguiente están una hora antes de abrir en la puerta, otras tardan un par de días en venir tras no conseguir de ninguna forma habituarse a su vida sin sus amigos, vuelven llorando, deseando que sus peques no les guarden rencor, pidiéndoles perdón... ¿sabéis lo que hacen ellos? Recibirles con los mejores de sus lametones, saltos y movimientos de cola.
Errar es humano y arrepentirse, de sabios.
En sólo un día, tres familias han venido a recuperar a sus pequeños.
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