El chiquitín de Yoyo ha conseguido lo que tantísimo ansiaba; una familia.
Yoyo fue dejado en la protectora como tantos otros casos que estamos tan habituados a escuchar. La falta de recursos, desahucios, a veces ni siquiera un trozo de pan que poderles dar de comer... montones de situaciones que provocan cada día que más y más familias tengan que dejar a sus mejores amigos por no poder manternerlos ni contar con ayuda para ello.
Yoyo sufrió muchísimo su abandono, muchos animales no superan el verse alejados de sus hogares y su familia, negándose a comer y beber, arrinconándose, llegando incluso casi a desfallecer... Los días pasaban y veíamos cómo Yoyo se apagaba a pasos agigantados. No comía, no bebía, perdía peso y a pesar de las decenas de peticiones de familias interesadas en él, nadie venía a visitarlo siquiera. Nos temíamos lo peor. Lo tuvimos unos días aislado y comenzó entonces a comer y a animarse, lo que quería era estar solo, no estaba habituado a estar con otros perros y la ansiedad y tristeza le consumían, pero de esta forma, no conseguíamos que ninguna familia interesada pudiera verlo, así que cuando estuvo algo más recuperado, volvió a estar fuera mucho más animado e integrado. Esta vez todo fue mucho mejor, así que lo demás ha sido cuestión de tiempo.
Después de todo este mal trago y preocupación, las fuerzas de Yoyo le han ayudado a que hoy podamos gritar contentos que ya tiene una familia.
Este perrito que daba su vida por un hogar, ya disfruta de uno.
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