En su nueva casa |
Los traumas de esta perrita tan joven no eran normales. No comía, se intentaba esconder en los rincones y hubiera seguido si hubiese podido ocultarse tras la propia pared. Se hacía pipí encima cuando se asustaba o si alguien iba a tocarla.
Teníamos claro de que la perrita venía de un criadero ilegal o de alguien que la maltrataba. Tal vez ambas cosas.
Nuestros voluntarios decidieron acogerla y ayudarla a socializar. En casa se acabó haciendo una perrita muy buena, cariñosa, muy dulce y muy agradecida pero en la calle todo le asustaba, no conocía nada, todo era nuevo, no debía de haber salido de donde hubiese estado desde que nació.
Nuestros voluntarios decidieron acogerla y ayudarla a socializar. En casa se acabó haciendo una perrita muy buena, cariñosa, muy dulce y muy agradecida pero en la calle todo le asustaba, no conocía nada, todo era nuevo, no debía de haber salido de donde hubiese estado desde que nació.
En su casa de acogida |
Tampoco comía pienso, ni comida casera hecha especialmente para ella, ni siquiera la carne... sólo le gustaban las salchichas. Tras un par de semanas ideando formas para habituarla al pienso, logramos que muy poquito a poco, se fuese habituando.
Después de un mes ayudándola, fue adoptada oficialmente por una familia encantadora que rescató hace años a otra samoyedo que vivía en condiciones infraumanas en un balcón y vivió con ellos hasta que murió de viejita.
Ahora Odette se llama Shira y sigue día a día luchando por superar sus traumas y esa vida anterior a nosotros que sólo ella sabe qué habrá sido.
Después de un mes ayudándola, fue adoptada oficialmente por una familia encantadora que rescató hace años a otra samoyedo que vivía en condiciones infraumanas en un balcón y vivió con ellos hasta que murió de viejita.
Ahora Odette se llama Shira y sigue día a día luchando por superar sus traumas y esa vida anterior a nosotros que sólo ella sabe qué habrá sido.
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