Pasaban los días y no sorprendía que nadie lo adoptara, hasta que finalmente ha llegado su oportunidad a lo grande.
Ahora estrena nombre, Kirby, familia y un nuevo compañero de su especie.
Nosotros creemos en las segundas oportunidades y Kirby se la merece, no por ser más pequeñito importa menos aunque haya sido eso lo que pensó quien lo tirase al contenedor.
Ahora, gracias al apoyo de todos, disfruta de una nueva vida feliz y merecida.
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