Este peludito fue abandonado en la puerta del albergue (estando abierto). Los primeros días era receloso con la gente, tenía mucho miedo, pero poco a poco, con mucha paciencia y mimos hemos conseguido que sea el compañero perfecto alegre y activo. Esta misma mañana le hemos sacado a pasear y nos ha sorprendido con saltos y alegrías además de juegos. No tiene problemas con las personas ni con los gatos, sólo necesita a alguien que sepa apreciarle.
Disfrutando de un descanso tras el paseo en un banco de los jardines al solecito.
*Adoptado.
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