La palabra mágica es amor.
Algunos de nuestros voluntarios tienen un auténtico don para los casos más especiales, aquellos animales que vienen con traumas, fobias, falta de socialización... y sólo gracias a ellos logran una familia.
¿Y por qué?
Su experiencia, especial sensibilidad, paciencia, dedicación, constancia y la tranquilidad que le transmiten a los animales es tal que no hay caso que se les resista.
Gracias a esta labor logran superar todos sus obstáculos y que los adopten, ya que muchos reciben muchas peticiones y visitas pero nadie se los lleva por su carácter, pocos están dispuestos a invertir tanto tiempo en su adaptación.
Gracias a todos esos voluntarios que se dejan la piel día tras día, incluso desde casa, pensando y dedicándose íntegramente a ellos sin más motivación que la que les da ver el fruto de su trabajo transformado en felicidad de cuatro patas.
Su experiencia, especial sensibilidad, paciencia, dedicación, constancia y la tranquilidad que le transmiten a los animales es tal que no hay caso que se les resista.
Gracias a esta labor logran superar todos sus obstáculos y que los adopten, ya que muchos reciben muchas peticiones y visitas pero nadie se los lleva por su carácter, pocos están dispuestos a invertir tanto tiempo en su adaptación.
Gracias a todos esos voluntarios que se dejan la piel día tras día, incluso desde casa, pensando y dedicándose íntegramente a ellos sin más motivación que la que les da ver el fruto de su trabajo transformado en felicidad de cuatro patas.
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