Vicky vivía en la calle, nació allí, como tantos otros gatos...
Una mujer le daba de comer y se ocupaba de la cachorrita, hasta que un día, Vicky apareció herida, con la cabeza abierta de seguramente una pedrada. La mujer nos avisó para recogerla de urgencia y la tuvimos cerca de dos meses ingresada.
La pobrecita entró con la cara deformada y cubierta de sangre... pero esta pequeña es una superviviente nata y sus ganas de vivir la ayudaron a salir adelante.
Creció con nosotros, ha estado en el albergue todo este tiempo... hasta hoy, que podemos decir bien fuerte: ADOPTADA.
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