Después de 1 año y 20 días, en plenas vísperas de Navidad, hemos tenido nuestro pequeño milagro.
Goofy llegó a la protectora a principios de diciembre del 2013 tras no poderse hacer cargo su familia de él.
Tenía todas las papeletas para salir pronto adoptado, el "perfil" de perrito que buscan muchas familias: pequeñito, joven, peludete... pero había una cosa que no lo ponía tan fácil. Su carácter.
Goofy se llevaba bien con los perros, pero sólo encajaba con la gente que conocía (mientras no se le atosigara mucho) aunque sólo si hablamos de mujeres, con los hombres se le hacía más cuesta arriba todavía.
En sólo un mes, el personal y voluntarios del albergue nos hicimos con él y con nosotros era un perrito estupendo, pero a pesar de que recibimos muchísimas peticiones para su adopción, nadie se animaba a llevárselo al visitarlo debido a su carácter, nadie quería un perro asustadizo y gruñón por más que explicábamos que sólo necesitaba paciencia y tranquilidad.
La suerte no estuvo de nuestro lado, ya cuando cantamos victoria por ser adoptado, resultó devuelto.
Con el paso de los meses, Goofy, aunque ya estaba adaptado y ya no tenía miedo ni era gruñoncete con nosotros, seguía estresado debido a su nerviosismo hasta el punto de empezar a perder el pelo. Se decidió trasladar al albergue de Elda donde pensamos que estaría más tranquilo y así fue. Su mejoría fue enorme y allí permaneció hasta ahora.
Ayer mismo recibimos la maravillosa noticia.
Por fin una familia ha decidido adoptarlo desde Valencia, una familia con experiencia en perritos especiales como él, con un carácter delicado, no dejándose llevar por lo guapo y graciosete que parece, sino en sus dificultades para encontrar un hogar y por ello, el tiempo que ha estado en la protectora.
Nosotros hoy lo vamos a celebrar por todo lo alto.
¡Esperamos terminar el año igual de bien!
No hay comentarios:
Publicar un comentario