Sugar y Brownie son dos conejitas que fueron dejadas en la protectora hace una semana. Son hermanitas, de poco más de dos meses.
Estas bolitas se pasaban el rato jugando en la jaula, correteando y haciendo cabriolas o pidiendo comida a cualquiera que pasara por delante.
Por fin han encontrado familia, ¡ni más ni menos que en casa de nuestras antiguas cobayitas, mamá e hija!
Su familia nos cuenta que están ayudándolas a que aprendan a usar el bebedero de roedores (estaban acostumbradas a beber de un cuenco y se les queda pequeño) y a utilizar la esquinera para hacer sus necesidades.
¡La paciencia es la madre de todas las ciencias! Las peques aún son muy jovencitas y todavía tienen que aprender.
¡Seguro que lo consiguen!
No hay comentarios:
Publicar un comentario