Nunca dejaron de buscarla ni de mirar las páginas de las protectoras de la zona de vez en cuando por si alguna vez, llegase a alguna.
Para nosotros es Dita, para ellas Yareth.
Llegó al albergue a principios de año y aunque mucha gente ha preguntado por ella, nadie se animó a adoptarla por fin a pesar de lo buena y alegre que es. ¿Casualidad? Creemos que no.
Después de cuatro años la reconocieron en nuestra página y vinieron a primera hora al día siguiente con fotos suyas y radiantes de alegría.
Se marcha de nuevo a su hogar que nunca ha dejado de quererla.
¡Felicidades!
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