¿Recordáis a nuestra Sandi, la rotty abandonada preñada a la puerta del albergue? Uno de nuestros voluntarios la llamaba Lola y con Lola se quedó. Nunca se había fijado en un perro de sus características pero para él, Lola era especial, captó su atención y siempre decía que cuando su situación se lo permitiera, sería para él.
Tras 8 meses en la protectora, Lola salió adoptada y nuestro compañero quedó enamorado de los rottys.
Al poco entró otra Lola y tras otros 3 meses, también encontró familia.
Hace 6 meses nos llegó una tercera Lola de la calle, una terremoto encantadora y divertida, la definitiva para él.
Cuando toda la situación se estabilizó, nuestro compañero se sacó la licencia PPP y nada más tenerla, ha acudido al albergue para por fin, adoptar a su querida Lola.
Enhorabuena.
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